2 Crónicas 2; 2 Crónicas 3; 2 Crónicas 4; 2 Crónicas 5; 2 Crónicas 6; 2 Crónicas 7

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2 Crónicas 2

1 Preparativos para construir el templo
Salomón decidió construir un templo para honrar el nombre del Señor
y también un palacio real para sí mismo.
2 Reunió una fuerza de setenta mil obreros, ochenta mil hombres para extraer piedras de las canteras en la zona montañosa y tres mil seiscientos capataces.
3 Salomón también le envió el siguiente mensaje al rey Hiram
de Tiro:
«Envíame troncos de cedro como lo hiciste con mi padre David, cuando construía su palacio.
4 Estoy a punto de construir un templo para honrar el nombre del Señor
mi Dios. Será un lugar apartado para quemar incienso aromático delante de él, para presentar el pan especial del sacrificio y para sacrificar ofrendas quemadas todas las mañanas y todas las tardes en los días de descanso, en las celebraciones de luna nueva y en los demás festivales del Señor
nuestro Dios. Él le ha ordenado a Israel que haga estas cosas para siempre.
5 »Este tendrá que ser un templo magnífico porque nuestro Dios es más grande que todos los demás dioses;
6 pero en realidad, ¿quién puede edificarle un hogar digno de él? ¡Ni siquiera los cielos más altos pueden contenerlo! ¿Quién soy yo para proponer construirle un templo, excepto como lugar para quemarle sacrificios?
7 »Envíame, entonces, un maestro artesano que pueda trabajar el oro, la plata, el bronce y el hierro, así como las telas de púrpura, escarlata y azul. Debe ser un experto grabador que pueda trabajar con los artesanos de Judá y de Jerusalén que mi padre David seleccionó.
8 »Envíame también del Líbano troncos de cedro, de ciprés y de sándalo rojo,
porque sé que no hay nadie que se compare con tus hombres para cortar madera del Líbano. Yo enviaré a mis hombres para ayudarlos.
9 Se necesitará una enorme cantidad de madera, porque el templo que voy a construir será grande y magnífico.
10 Para quienes corten la madera, enviaré como pago 4.400.000 kilos de trigo molido, 4.400.000 kilos de cebada,
440.000 litros de vino y 440.000 litros de aceite de oliva».
11 En respuesta, el rey Hiram le envió a Salomón la siguiente carta:
«¡Es porque el Señor
ama a su pueblo que te ha hecho rey de los israelitas!
12 ¡Alaben al Señor
, Dios de Israel, quien hizo los cielos y la tierra! Él le dio al rey David un hijo sabio, dotado de capacidad y entendimiento, quien construirá un templo para el Señor
y un palacio real para sí mismo.
13 »Te envío un maestro artesano llamado Huram-abí, un hombre sumamente talentoso.
14 Su madre es de la tribu de Dan, en Israel, y su padre es de Tiro. Es hábil para trabajar el oro, la plata, el bronce y el hierro, y también la piedra y la madera. Es hábil para trabajar con telas de púrpura, azul, escarlata y con lino fino. También sabe grabar y puede realizar cualquier diseño que se le pida. Trabajará con tus artesanos y con los que nombró mi señor David, tu padre.
15 »Envía ahora el trigo, la cebada, el aceite de oliva y el vino que mi señor ha mencionado.
16 Nosotros cortaremos toda la madera que necesites de las montañas del Líbano y llevaremos los troncos en balsas por la costa del mar Mediterráneo
hasta Jope. Desde allí podrás transportar los troncos hasta Jerusalén».
17 Luego Salomón levantó un censo de todos los extranjeros que vivían en la tierra de Israel, tal como el censo que había hecho su padre, y contó ciento cincuenta y tres mil seiscientos extranjeros.
18 Asignó a setenta mil como obreros, a ochenta mil como cortadores de piedra en la zona montañosa y a tres mil seiscientos como capataces.
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2 Crónicas 3

1 Salomón construye el templo
Salomón comenzó a construir el templo del Señor
en Jerusalén en el monte Moriah, donde el Señor
se le había aparecido a David, su padre. El templo se construyó en el campo de trillar de Arauna
el jebuseo; el sitio que David había elegido.
2 La construcción comenzó a mediados de la primavera,
durante el cuarto año del reinado de Salomón.
3 Estas fueron las medidas que Salomón usó para los cimientos del templo de Dios (según el antiguo estándar de medición).
Tenía veintisiete metros y medio de largo por nueve metros de ancho.
4 La antesala que estaba al frente del templo medía nueve metros
de ancho, coincidía con la anchura total del templo, y medía nueve metros de alto.
Después revistió el interior de oro puro.
5 Cubrió el salón principal del templo con paneles de madera de ciprés, luego lo revistió de oro fino y lo decoró con tallas de palmeras y cadenas.
6 Adornó las paredes del templo con hermosas joyas y con oro de la tierra de Parvaim.
7 Revistió de oro las vigas, los umbrales, las paredes y las puertas de todo el templo, e hizo grabar en las paredes figuras de querubines.
8 Hizo el Lugar Santísimo de nueve metros de ancho, igual que la anchura del templo, por nueve metros de profundidad. Revistió el interior con unos veinte mil kilos
de oro fino.
9 Los clavos de oro que se usaron pesaban quinientos setenta gramos cada uno.
También revistió de oro las paredes de las habitaciones de la planta alta.
10 Hizo dos figuras en forma de querubines, las revistió de oro y las colocó en el Lugar Santísimo.
11 La distancia entre las puntas de las alas de los dos querubines que estaban de pie uno al lado del otro, era de nueve metros. Una de las alas de la primera figura medía dos metros con treinta centímetros
de largo, y tocaba la pared del templo. La otra ala, también de dos metros con treinta centímetros, tocaba el extremo del ala del segundo querubín.
12 De la misma manera, la segunda figura tenía un ala de dos metros con treinta centímetros de largo que tocaba la pared opuesta. La otra ala, también de dos metros con treinta centímetros de largo, tocaba el ala de la primera figura.
13 Así que, la distancia entre las puntas de las alas de los dos querubines, uno al lado del otro, era de nueve metros. Estaban de pie con sus rostros hacia el salón principal del templo.
14 En la entrada al Lugar Santísimo colocó de lado a lado una cortina hecha de lino fino decorada con hilo azul, púrpura y escarlata, y bordada con figuras de querubines.
15 Para el frente del templo hizo construir dos columnas que tenían ocho metros de alto,
y encima de cada una puso un capitel que se extendía hacia arriba otros dos metros con treinta centímetros.
16 Hizo una red de cadenas entrelazadas y la usó para decorar la parte superior de las columnas. También hizo cien granadas decorativas y las sujetó a las cadenas.
17 Luego levantó las dos columnas a la entrada del templo, una hacia el sur de la entrada y la otra hacia el norte. A la del sur la llamó Jaquín, y a la del norte, Boaz.
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2 Crónicas 4

1 Mobiliario del templo
Salomón
también hizo un altar de bronce de nueve metros de largo por nueve metros de ancho y cuatro metros y medio de alto.
2 Luego fundió un enorme tazón redondo, que medía cuatro metros y medio de borde a borde, llamado el Mar. Tenía dos metros con treinta centímetros de profundidad y cerca de catorce metros de circunferencia.
3 Por debajo del borde, estaba rodeado por dos hileras de figuras que se parecían a bueyes. Había veinte bueyes por metro
de la circunferencia que se habían fundido como parte del tazón.
4 El Mar estaba colocado sobre una base formada por doce bueyes de bronce que miraban hacia afuera. Tres miraban hacia el norte, tres hacia el occidente, tres hacia el sur y tres hacia el oriente; y el Mar estaba asentado sobre ellos.
5 El grosor del Mar era de unos ocho centímetros,
su borde era acampanado como una copa y se parecía a una flor de nenúfar. Tenía capacidad para unos sesenta y tres mil litros
de agua.
6 También hizo diez tazones más pequeños para lavar los utensilios que se usaban para las ofrendas quemadas. Colocó cinco en el lado sur y cinco en el lado norte; pero los sacerdotes se lavaban en el Mar.
7 Luego fundió diez candelabros de oro según las especificaciones que se habían entregado y los colocó en el templo. Puso cinco contra la pared sur y cinco contra la pared norte.
8 También hizo diez mesas y las colocó en el templo, cinco a lo largo de la pared sur y cinco a lo largo de la pared norte. Luego moldeó cien tazones de oro.
9 Después edificó un atrio para los sacerdotes, y también el gran atrio exterior. Hizo puertas para las entradas de los atrios y las revistió de bronce.
10 El gran tazón de bronce llamado el Mar fue ubicado cerca de la esquina suroriental del templo.
11 Huram-abí también hizo los lavamanos, las palas y los tazones que se necesitaban.
Finalmente Huram-abí terminó todo el trabajo que el rey Salomón le había asignado que hiciera para el templo de Dios:
12 las dos columnas;
los dos capiteles con forma de tazón en la parte superior de las columnas;
las dos redes de cadenas entrelazadas que decoraban los capiteles;
13 las cuatrocientas granadas que colgaban de las cadenas sobre los capiteles (dos filas de granadas por cada red de cadenas que decoraban los capiteles sobre las columnas);
14 las carretas para llevar agua que sostenían los tazones;
15 el Mar y los doce bueyes que lo sostenían;
16 los recipientes para la ceniza, las palas, los ganchos para la carne y todos los demás utensilios.
Huram-abí hizo todos estos objetos de bronce bruñido para el templo del Señor
, tal como le había indicado el rey Salomón.
17 El rey mandó que se fundieran en moldes de barro en el valle del Jordán, entre Sucot y Saretán.
18 Salomón utilizó tanto bronce que no se pudo determinar el peso.
19 Salomón también hizo todo el mobiliario para el templo de Dios:
el altar de oro;
las mesas para el pan de la Presencia;
20 los candelabros y sus lámparas de oro macizo, para que ardieran frente al Lugar Santísimo, como está establecido;
21 las decoraciones de flores, las lámparas y las tenazas, todo del oro más puro;
22 las despabiladeras para las lámparas, los tazones, la vajilla y los recipientes para quemar incienso, todo de oro macizo;
las puertas para las entradas al Lugar Santísimo y al salón principal del templo, revestidas de oro.
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2 Crónicas 5

1 Así terminó Salomón todo su trabajo para el templo del Señor
. Luego trajo todos los obsequios que su padre David había consagrado —la plata, el oro y los diversos objetos— y los guardó en los tesoros del templo de Dios.
2 Traslado del arca al templo
Entonces Salomón mandó llamar a los ancianos de Israel y a todos los jefes de las tribus —los líderes de las familias patriarcales de Israel— para que fueran a Jerusalén. Ellos debían trasladar el arca del pacto del Señor
desde su sitio en la Ciudad de David, también conocida como Sión, hasta el templo.
3 Así que todos los hombres de Israel se reunieron ante el rey durante el Festival de las Enramadas, que se celebra anualmente a comienzos del otoño.
4 Una vez que estaban presentes todos los ancianos de Israel, los levitas levantaron el arca.
5 Los sacerdotes y los levitas trasladaron el arca junto con la carpa especial
y todos los objetos sagrados que había en ella.
6 Delante del arca, el rey Salomón y toda la comunidad de Israel sacrificaron ovejas, cabras y ganado, ¡en tal cantidad que fue imposible llevar la cuenta!
7 Luego los sacerdotes llevaron el arca del pacto del Señor
al santuario interior del templo —el Lugar Santísimo— y la colocaron bajo las alas de los querubines.
8 Los querubines extendían sus alas por encima del arca y formaban una especie de cubierta sobre el arca y las varas para transportarla.
9 Estas varas eran tan largas que los extremos podían verse desde el salón principal del templo
—el Lugar Santo— pero no desde afuera; y allí permanecen hasta el día de hoy.
10 Lo único que había dentro del arca eran las dos tablas de piedra que Moisés había colocado en ella en el monte Sinaí,
donde el Señor
hizo un pacto con los israelitas cuando partieron de Egipto.
11 Luego los sacerdotes salieron del Lugar Santo. Todos los sacerdotes presentes se habían purificado, estuvieran o no de turno ese día.
12 Los levitas que eran músicos —Asaf, Hemán, Jedutún y todos sus hijos y hermanos—, vestidos de mantos de lino fino, estaban de pie en el lado oriental del altar y tocaban címbalos, liras y arpas. A ellos se les unieron ciento veinte sacerdotes que tocaban trompetas.
13 Los trompetistas y los cantores se unieron para alabar y dar gracias al Señor
. Al son de trompetas, címbalos y otros instrumentos, elevaron sus voces y alabaron al Señor
con las siguientes palabras:
«¡Él es bueno!
¡Su fiel amor perdura para siempre!».
En ese momento una densa nube llenó el templo del Señor
.
14 Los sacerdotes no pudieron seguir con la celebración a causa de la nube, porque la gloriosa presencia del Señor
llenaba el templo de Dios.
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2 Crónicas 6

1 Salomón alaba al Señor
Entonces Salomón oró: «Oh Señor
, tú dijiste que habitarías en una densa nube de oscuridad.
2 Ahora te he construido un templo glorioso, ¡un lugar donde podrás habitar para siempre!».
3 Luego el rey se dio vuelta hacia toda la comunidad de Israel, que estaba de pie ante él, y después de bendecir al pueblo, dijo:
4 «Alabado sea el Señor
, Dios de Israel, quien cumplió la promesa que le hizo a mi padre David; pues le dijo a mi padre:
5 “Desde el día en que saqué a mi pueblo de la tierra de Egipto, nunca escogí una ciudad de ninguna de las tribus de Israel como el sitio donde se construyera un templo para honrar mi nombre. Tampoco elegí a un rey para que guiara a mi pueblo Israel;
6 pero ahora he elegido a Jerusalén como el lugar para que mi nombre sea honrado, y he elegido a David para que sea rey de mi pueblo Israel”».
7 Después Salomón dijo: «Mi padre David quería construir este templo para honrar el nombre del Señor
, Dios de Israel.
8 Pero el Señor
le dijo: “Tú querías construir el templo para honrar mi nombre; tu intención es buena,
9 pero no serás tú quien lo haga. Será uno de tus hijos quien construya el templo para honrarme”.
10 »Ahora el Señor
ha cumplido la promesa que hizo, porque he llegado a ser rey en lugar de mi padre y ocupo el trono de Israel, tal como el Señor
lo prometió. He construido este templo para honrar el nombre del Señor
, Dios de Israel.
11 Allí he colocado el arca, la cual contiene el pacto que el Señor
hizo con el pueblo de Israel».
12 Oración de dedicación de Salomón
Luego Salomón, de pie ante el altar del Señor
y frente a toda la comunidad de Israel, levantó las manos en oración.
13 Ahora bien, Salomón había hecho una plataforma de bronce de dos metros con treinta centímetros de largo, dos metros con treinta centímetros de ancho y un metro con cuarenta centímetros de altura,
y la había colocado en el centro del atrio exterior del templo. Se puso de pie sobre la plataforma y después se arrodilló frente a toda la comunidad de Israel y levantó las manos hacia el cielo.
14 Oró así:
«Oh Señor
, Dios de Israel, no hay Dios como tú en los cielos ni en la tierra. Tú cumples tu pacto y muestras amor inagotable a quienes andan delante de ti de todo corazón.
15 Has cumplido tu promesa a tu siervo David, mi padre. Pronunciaste esa promesa con tu boca y hoy la has cumplido con tus propias manos.
16 »Ahora, oh Señor
, Dios de Israel, lleva a cabo la otra promesa que le hiciste a tu siervo David, mi padre, cuando le dijiste: “Si tus descendientes cuidan su comportamiento y siguen mi ley con fidelidad, así como tú lo has hecho, siempre habrá uno de ellos sentado en el trono de Israel”.
17 Ahora, oh Señor
, Dios de Israel, cumple esta promesa que le hiciste a tu siervo David.
18 »¿Pero es realmente posible que Dios habite en la tierra, entre seres humanos? Ni siquiera los cielos más altos pueden contenerte, ¡mucho menos este templo que he construido!
19 Sin embargo, escucha mi oración y mi súplica, oh Señor
mi Dios. Oye el clamor y la oración que tu siervo te eleva.
20 Que día y noche tus ojos estén sobre este templo, este lugar del cual tú has dicho que allí pondrías tu nombre. Que siempre oigas las oraciones que elevo hacia este lugar.
21 Que atiendas las peticiones humildes y fervientes de mi parte y de tu pueblo Israel cuando oremos hacia este lugar. Sí, óyenos desde el cielo donde tú vives y, cuando nos escuches, perdona.
22 »Si alguien agravia a otra persona y se le exige que haga juramento de inocencia ante tu altar en este templo,
23 oye entonces desde el cielo y juzga entre tus siervos, entre el acusador y el acusado. Paga al culpable según su merecido; absuelve al inocente debido a su inocencia.
24 »Si tu pueblo Israel cae derrotado ante sus enemigos por haber pecado contra ti, pero luego vuelve y reconoce tu nombre y eleva oraciones a ti en este templo,
25 oye entonces desde el cielo y perdona el pecado de tu pueblo Israel, y hazlo volver a esta tierra que diste a ellos y a sus antepasados.
26 »Si los cielos se cierran y no hay lluvia porque tu pueblo ha pecado contra ti, y si luego ellos oran hacia este templo y reconocen tu nombre y se apartan de sus pecados, porque tú los has castigado,
27 oye entonces desde el cielo y perdona los pecados de tus siervos, de tu pueblo Israel. Enséñales a seguir el camino correcto y envía lluvia sobre tu tierra, la tierra que diste a tu pueblo como su preciada posesión.
28 »Si hay hambre en la tierra, o pestes, o plagas en los cultivos, o ataques de langostas u orugas, o si los enemigos de tu pueblo invaden el territorio y sitian las ciudades —cualquiera sea el desastre o la enfermedad que ocurra—;
29 si luego tu pueblo Israel ora por sus dificultades con las manos levantadas hacia este templo,
30 oye entonces desde el cielo donde vives, y perdona. Haz con tu pueblo según merecen sus acciones, porque solo tú conoces el corazón de cada ser humano.
31 Entonces ellos te temerán y andarán en tus caminos mientras vivan en la tierra que diste a nuestros antepasados.
32 »En el futuro, los extranjeros que no pertenezcan a tu pueblo Israel oirán de ti. Vendrán de tierras lejanas cuando oigan de tu gran nombre, de tu mano fuerte y de tu brazo poderoso. Cuando ellos oren en dirección a este templo,
33 oye entonces desde el cielo donde vives y concédeles lo que te pidan. De esa forma, todos los habitantes de la tierra llegarán a conocerte y a temerte, igual que tu pueblo Israel. También sabrán que este templo que he construido honra tu nombre.
34 »Si tu pueblo sale a donde tú lo envías a luchar contra sus enemigos, y si ora a ti en dirección a esta ciudad que has escogido y hacia este templo que yo he construido para honrar tu nombre,
35 oye entonces desde el cielo sus oraciones y defiende su causa.
36 »Si ellos pecan contra ti (¿y quién nunca ha pecado?), tal vez te enojes con ellos y permitas que sus enemigos los conquisten y los lleven cautivos a una tierra extranjera, ya sea cerca o lejos.
37 Sin embargo, tal vez en esa tierra, donde estén desterrados, se vuelvan a ti arrepentidos y oren así: “Hemos pecado, hemos hecho lo malo y hemos actuado de manera perversa”.
38 Si ellos se vuelven a ti con todo el corazón y con toda el alma en la tierra en la que estén cautivos, y oran en dirección a la tierra que diste a sus antepasados —hacia esta ciudad que escogiste y hacia este templo que he construido para honrar tu nombre—,
39 oye entonces sus oraciones y sus peticiones desde el cielo donde vives, y defiende su causa. Perdona a tu pueblo que ha pecado contra ti.
40 »Oh Dios mío, que tus ojos estén abiertos y tus oídos atentos a todas las oraciones que se eleven a ti en este lugar.
41 »Ahora levántate, oh Señor
Dios, y entra en tu lugar de descanso,
junto con el arca, símbolo de tu poder.
Que tus sacerdotes, oh Señor
Dios, se vistan de salvación;
que tus leales servidores se alegren en tu bondad.
42 Oh Señor
Dios, no rechaces al rey que has ungido.
Recuerda tu amor inagotable hacia tu siervo David».
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2 Crónicas 7

1 Dedicación del templo
Cuando Salomón terminó de orar, cayó fuego del cielo que consumió los sacrificios y las ofrendas quemadas, y la gloriosa presencia del Señor
llenó el templo.
2 Los sacerdotes no podían entrar en el templo del Señor
porque la gloriosa presencia del Señor
lo llenaba.
3 Cuando todos los israelitas vieron que el fuego descendía y que la gloriosa presencia del Señor
llenaba el templo, cayeron postrados rostro en tierra y adoraron y alabaron al Señor
diciendo:
«¡Él es bueno!
¡Su fiel amor perdura para siempre!».
4 Luego el rey y todo el pueblo ofrecieron sacrificios al Señor
.
5 El rey Salomón ofreció un sacrificio de veintidós mil cabezas de ganado y ciento veinte mil ovejas y cabras. Así el rey y todo el pueblo dedicaron el templo de Dios.
6 Los sacerdotes ocuparon sus puestos asignados al igual que los levitas, quienes cantaban: «¡Su fiel amor perdura para siempre!». Acompañaban el canto con la música de los instrumentos que el rey David había hecho para alabar al Señor
. Enfrente de los levitas, los sacerdotes hacían sonar las trompetas mientras todo Israel estaba de pie.
7 Luego Salomón consagró la parte central del atrio que está delante del templo del Señor
. Allí presentó las ofrendas quemadas y la grasa de las ofrendas de paz, porque el altar de bronce que había construido no alcanzaba para tantas ofrendas quemadas, ofrendas de grano y la grasa de los sacrificios.
8 Durante los siete días siguientes, Salomón y todo Israel celebraron el Festival de las Enramadas.
Se había reunido una gran multitud desde lugares tan lejanos como Lebo-hamat, en el norte, y el arroyo de Egipto, en el sur.
9 Al octavo día hicieron la ceremonia de clausura, porque habían celebrado la dedicación del altar durante siete días y el Festival de las Enramadas también por siete días.
10 Luego, al final de la celebración,
Salomón despidió al pueblo. Todos estaban llenos de alegría y muy contentos porque el Señor
había sido bueno con David, con Salomón y con su pueblo Israel.
11 Respuesta del Señor
a Salomón
Así que Salomón terminó de construir el templo del Señor
y también el palacio real. Llevó a cabo todo lo que había pensado hacer en la construcción del templo y del palacio.
12 Luego una noche el Señor
se le apareció a Salomón y le dijo:
«He oído tu oración y he elegido este templo como el lugar para que se realicen sacrificios.
13 Puede ser que a veces yo cierre los cielos para que no llueva o mande langostas para que devoren las cosechas o envíe plagas entre ustedes;
14 pero si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, busca mi rostro y se aparta de su conducta perversa, yo oiré desde el cielo, perdonaré sus pecados y restauraré su tierra.
15 Mis ojos estarán abiertos y mis oídos atentos a cada oración que se eleve en este lugar.
16 Pues he elegido este templo y lo he apartado para que sea santo, un lugar donde mi nombre será honrado para siempre. Lo vigilaré sin cesar, porque es muy preciado a mi corazón.
17 »En cuanto a ti, si me sigues fielmente como lo hizo tu padre David y obedeces todos mis mandatos, decretos y ordenanzas,
18 entonces yo estableceré tu dinastía en el trono. Pues hice este pacto con tu padre David cuando le dije: “Uno de tus descendientes siempre gobernará a Israel”.
19 »Sin embargo, si tú o tus descendientes me abandonan y desobedecen los decretos y los mandatos que les he dado, y sirven y rinden culto a otros dioses,
20 entonces yo desarraigaré al pueblo de la tierra que le he dado. Rechazaré este templo que hice santo para honrar mi nombre; haré que sea objeto de burla y de ridículo entre las naciones;
21 y aunque ahora este templo sea imponente, todos los que pasen por allí quedarán horrorizados. Preguntarán: “¿Por qué habrá hecho el Señor
cosas tan terribles a esta tierra y a este templo?”.
22 »Y la respuesta será: “Porque los israelitas abandonaron al Señor
, Dios de sus antepasados, quien los sacó de Egipto, y rindieron culto a otros dioses y se inclinaron ante ellos. Por esa razón les envió tantas calamidades”».
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